Rui Mendes dice que cuando llegó el coronavirus por primera vez, el negocio que él ayuda a administrar tuvo que frenar de golpe y patinar hasta detenerse de inmediato.
Mendes es director de una empresa portuguesa llamada Rodi, uno de los mayores fabricantes de ruedas para bicicletas de Europa.
"Al comienzo de la pandemia, muchos clientes [empresas de bicicletas] comenzaron a posponer los pedidos por temor a lo que podría pasar", dice. "Terminamos deteniendo la producción".
Para tratar de salvar puestos de trabajo y salarios, los 300 empleados acordaron tomarse inmediatamente unas vacaciones de tres semanas. Pero luego, un mes después, las cosas cambiaron dramáticamente para mejor, ya que millones de personas en toda Europa empezaron a andar en bicicleta durante la pandemia.
"A partir de abril, las cosas cambiaron por completo", dice Mendes. "Los pedidos se duplicaron, el mercado simplemente explotó. La aprensión dio paso al alivio cuando los empleados se dieron cuenta de que la pandemia no amenazaría sus trabajos".
Portugal es el mayor fabricante de bicicletas de la Unión Europea, un hecho que muchas personas fuera del país podrían no saber. El año pasado, se fabricaron más de 2,6 millones de bicicletas en Portugal, según cifras oficiales de la UE.
Eso fue más de una quinta parte del total de 12,2 millones de bicicletas producidas. Italia ocupó el segundo lugar con 2,1 millones y Alemania ocupó el tercer lugar con 1,3 millones.
Portugal no tiene grandes marcas de bicicletas, sino que fabrica principalmente para empresas extranjeras. Por ejemplo, uno de sus mayores productores, RTE, fabrica bicicletas para el gigante francés Decathlon. Otro, FJ Bikes Europe, es propiedad de Fritz Jou Manufacturing de Taiwán.
La industria se concentra en torno a una pequeña ciudad: Agueda, en el centro de Portugal, a unos 75 km (47 millas) al sur de Oporto. Además de las empresas que fabrican bicicletas completas, también hay empresas, como Rodi, que fabrican piezas o accesorios para bicicletas.
En total, hay más de 60 fábricas y casi 8.000 personas empleadas en el sector en Águeda y sus alrededores.
João Filipe Miranda dice que su empresa registrará una cifra de ingresos de 27 millones de euros (30 millones de dólares; 23 millones de libras esterlinas) este año, "la mejor desde la fundación de la empresa" en 1940.
La empresa, Miranda, fabrica componentes para engranajes de bicicletas, incluidos los de bicicletas eléctricas.
Miranda dice que si bien la industria de bicicletas de Portugal es "conocida por su calidad", también se beneficia al ofrecer a sus clientes europeos cadenas de suministro mucho más cortas que los fabricantes rivales con sede en Asia. Portugal se ve favorecido aún más por los aranceles continuos impuestos a las importaciones de bicicletas chinas en la Unión Europea.
Estas tarifas o aranceles adicionales ascienden actualmente hasta el 48,5% para las bicicletas estándar y hasta el 79,3% para las eléctricas.
Sin embargo, Gil Nadais, secretario general del organismo comercial del sector del ciclismo portugués, Portugal Bike Value, dice que la pandemia fue la principal fuerza impulsora detrás del continuo auge de la industria.
"Covid trajo una nueva oportunidad al sector, ya que terminó incentivando estilos de vida más saludables [en toda Europa]".
Nadais agrega que se espera que la industria experimente un aumento de las exportaciones totales entre un 20 % y un 30 % este año.
¿Pero los portugueses se han metido más en el ciclismo desde Covid? Ese parece ser el caso, incluso en la capital, Lisboa, y en la segunda ciudad, Oporto, donde tradicionalmente se consideraba que la gente era adversa al ciclismo debido a las carreteras empinadas y, a menudo, empedradas en ambas áreas.
En Lisboa, el uso de bicicletas, incluidas las eléctricas, para ayudar a subir todas las colinas, ha aumentado en una cuarta parte desde el comienzo de la pandemia, según un informe.
Y Fernando Chicarini, propietario de la tienda de bicicletas más antigua de Lisboa, Armazéns Airaf, fundada en 1951, dice que sus ventas se han disparado un 40% desde el comienzo de la pandemia. También ha visto un gran aumento en el número de personas que quieren que él arregle sus bicicletas viejas.
"Las personas que ya tenían bicicletas, pero que no las usaban regularmente, o en absoluto, se presentaban para reparaciones, revisiones y restauraciones", dice.
De vuelta en la fábrica de piezas de Rodi, Mendes dice que vendieron 500.000 ruedas de bicicleta y tres millones de llantas en 2020, un aumento combinado del 35 % en comparación con 2019.
“Tuvimos suerte de que los que estamos en el sector de la bicicleta no sufrimos tanto como los trabajadores de otras industrias”, añade.