La sísmica pasiva es la detección de movimientos naturales de tierra de baja frecuencia, generalmente con el propósito de discernir la estructura geológica y localizar petróleo, gas u otros recursos subterráneos.[1]
Por lo general, la escucha de datos se realiza en múltiples puntos de medición que están separados por varios cientos de metros, durante períodos de varias horas a varios días, utilizando sismómetros portátiles. Las conclusiones sobre la estructura geológica se basan en el análisis espectral[2] o en la reconstrucción matemática de la propagación y posibles fuentes de las ondas sísmicas observadas.[3]
Si se planea esto último, los datos generalmente se adquieren en múltiples puntos (en el caso ideal, todos) simultáneamente, utilizando las llamadas líneas sincronizadas. La confiabilidad del modelado inverso en el tiempo se puede aumentar aún más utilizando los resultados de la sismología de reflexión sobre la distribución de la velocidad del sonido en el volumen subterráneo.
Sismología de "baja frecuencia"
La sísmica pasiva generalmente se enfoca en señales de baja frecuencia (0 a 10 Hz) y, a veces, se la denomina sismología de "baja frecuencia". Los sismómetros registran movimientos en las 3 direcciones posibles de forma independiente (dichos dispositivos también tienen otras áreas de aplicación como estaciones de medición a largo plazo). Cuando es necesario, la adquisición de datos también se realiza bajo el agua, utilizando dispositivos impermeables que miden los movimientos de la tierra en el fondo del mar. Los geófonos casi nunca se utilizan debido a su sensibilidad limitada.
El levantamiento que utiliza este método es muy diferente del levantamiento convencional que generalmente se basa en la sismología de reflexión. El levantamiento convencional consta de numerosas mediciones que están espacialmente muy juntas y son relativamente cortas (frecuentemente solo minutos). El estudio sísmico pasivo tiene muchas menos mediciones, pero con frecuencia se registran durante días. Se debe tener en cuenta la hora local, seleccionando intervalos con menos ruido inducido por el hombre. Incluso los terremotos relativamente distantes son visibles en los espectrogramas registrados y también deben excluirse del análisis [4]
Un método similar también se ha aplicado a otro planeta. Por ejemplo, durante las misiones Apolo, se desplegaron sensores del Experimento Sísmico Pasivo que detectaron "terremotos lunares" lunares y proporcionaron información sobre la estructura interna de la Luna.[5][6]
La sísmica pasiva es mucho menos costosa que la perforación de pozos. También es más barato y más respetuoso con el medio ambiente que la sísmica activa, que requiere una fuerte fuente de ondas sísmicas (como una explosión subterránea) para predecir la estructura. En algunos casos, puede ser el único método por el cual el propietario otorga el acceso a la tierra. A pesar de que el método se ha aplicado con éxito en muchas partes del mundo, este enfoque es actualmente menos confiable ya que los métodos científicos aún están en gran parte en desarrollo.
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